Re: Достоевский Ф. М. - Преступление и наказание на испанском языке
-Acaba de invitarme usted a hablar con franqueza -dijo Svidrigailof sonriendo-, y a la primera pregunta que le dirijo me contesta con una evasiva. Usted cree que yo lo hago todo con una segunda intencion y me mira con desconfianza. Es una actitud que se comprende, dada su situacion; pero, por mucho que sea mi deseo de estar en buenas relaciones con usted, no me tomare la molestia de enganarle. No vale la pena. Por otra parte, no tengo nada de particular que decirle.
-Siendo asi, ?por que ese empeno en verme? Pues usted esta siempre dando vueltas a mi alrededor.
-Usted es un hombre curioso y resulta interesante observarlo. Me seduce lo que su situacion tiene de fantastica. Ademas, es usted hermano de una mujer que me intereso mucho. Y, en fin, tiempo atras me hablo tanto de usted esa mujer, que llegue a la conclusion de que ejercia usted una fuerte influencia sobre ella. Me parece que son motivos suficientes. ?Je, je! Sin embargo, le confieso que su pregunta me parece tan compleja, que me es dificil responderle. Ahora mismo, si usted ha venido a verme, no ha sido por ningun asunto determinado, sino con la esperanza de que yo le diga algo nuevo. ?No es asi? Confieselo -le invito Svidrigailof con una perfida sonrisita-. Bien, pues se da el caso de que tambien yo, cuando el tren me traia a Petersburgo, alimentaba la esperanza de conocer cosas nuevas por usted, de sonsacarle algo.
-?Que me podia sonsacar?
-Pues ni yo mismo lo se... Ya ve usted en que miserable taberna paso los dias. Aqui estoy muy a gusto, y, aunque no lo estuviera, en alguna parte hay que pasar el tiempo... ?Esa pobre Katia...! ?La ha visto usted...? Si al menos fuera un gloton o un gastronomo... Pero no: eso es todo lo que puedo comer -y senalaba una mesita que habia en un rincon, donde se veia un plato de hojalata con los restos de un misero bistec-. A proposito, ?ha comido usted? Yo he dado un bocado sin apetito. Vino no bebo: solo champan, y nunca mas de un vaso en toda una noche, lo que es suficiente para que me duela la cabeza. Si hoy he pedido una botella es porque necesito animarme: tengo que verme con una persona para tratar de ciertos asuntos, y quiero aparecer vehemente y resuelto. Por lo tanto, usted me encuentra de un humor especial. Si hace un momento he intentado esconderme como un colegial ha sido por terror a que su visita me impidiera atender al asunto de que le he hablado. Sin embargo -consulto su reloj-, tenemos aun un buen rato para hablar, pues no son mas que las cuatro y media... Creame que en ciertos momentos siento no ser nada, nada absolutamente: ni propietario, ni padre de familia, ni ulano, ni fotografo, ni periodista. A veces resulta enojoso no tener ninguna profesion. Le aseguro que esperaba oir de su boca algo nuevo.
-Pero ?quien es usted? ?Y por que ha venido a Petersburgo?
-?Que quien soy? Ya lo sabe usted: un gentilhombre que sirvio dos anos en la caballeria. Despues estuve otros dos vagando por Petersburgo. Luego me case con Marfa Petrovna y me fui a vivir al campo. Aqui time usted mi biografia.
-Era usted jugador, ?verdad?
-Jugador de ventaja.
-?Hacia trampas?
-Si.
-Alguien debio de abofetearle, ?no?
-Si. ?Por que lo dice?
-Porque entonces tuvo usted ocasion de batirse en duelo. Eso presta animacion a la vida.
-No le digo lo contrario..., pero no estoy preparado para discusiones filosoficas. Ahora le voy a hacer una confesion: he venido a Petersburgo por las mujeres.
-?Apenas enterrada Marfa Petrovna?
-Pues si. ?Que importa? -respondio Svidrigailof sonriendo con una franqueza que desarmaba-. ?Se escandaliza de oirme hablar asi de las mujeres?
-?COmo no escandalizarme su libertinaje?
-?Libertinaje, libertinaje...! Para responder a su primera pregunta, le hablare de la mujer en general. Estoy dispuesto a charlar un rato. Digame: ?por que he de huir de las mujeres siendo un gran amador? Esto es, al menos, una ocupacion para mi.
-Entonces, ?usted solo ha venido aqui para ir de jarana?
-Admitamos que sea asi. Sin duda, eso de la disipacion le tiene obsesionado, pero le confieso que me gustan las preguntas directas. El libertinaje tiene, cuando menos, un caracter de continuidad fundado en la naturaleza y no depende de un capricho: es algo que arde en la sangre como un carbon siempre incandescente y que solo se apaga con la edad, y aun asi dificilmente, a fuerza de agua fria. Confiese que esto, en cierto modo, es una ocupacion.
-Pero ?que tiene de divertido para usted esa vida? Es una enfermedad, y de las malas.
-Ya le veo venir. Admito que eso es una enfermedad como todas las inclinaciones exageradas, y en este caso uno rebasa siempre los limites de lo normal; pero tenga en cuenta que esto es cosa que cambia segun los individuos. Desde luego, hay que reprimirse, aunque solo sea por conveniencia; pero si yo no tuviera esta ocupacion, acabaria por descerrajarme de un tiro en la cabeza. Bien se que el hombre honrado tiene que aburrirse, pero aun asi...
-?Seria usted capaz de dispararse un balazo en la cabeza?
-?A que viene esa pregunta? -exclamo Svidrigailof con un gesto de contrariedad-. Le ruego que no hablemos de estas cosas -se apresuro a anadir, dejando su tono de jactancia.
Incluso su semblante habia cambiado.
-No puedo remediarlo. Se que esto es una debilidad vergonzosa pero temo a la muerte y no me gusta oir hablar de ella. ?Sabe usted que soy un poco mistico?
-Ya se lo que quiere usted decir... El espectro de Marfa Petrovna... Digame: se le aparece todavia.
-No me hable de eso -exclamo, irritado-. En Petersburgo no se me ha aparecido aun. ?Que el diablo se lo lleve...! Hablemos de otra cosa... Ademas, no me sobra el tiempo. Aun sintiendolo mucho, pronto tendremos que dejar nuestra charla... Pero aun tengo algo que decirle.
-Le espera una mujer, ?verdad?
-Si... Un caso extraordinario. Pura casualidad... Pero no es de esto de lo que queria hablarle.
-?No le inquieta la bajeza de esta conducta? ?Es que no tiene usted fuerza de voluntad suficiente para detenerse?
-Fuerza de voluntad... ?Acaso la tiene usted? ?Je, je, je! Me deja usted boquiabierto, Rodion Romanovitch, y eso que esperaba oirle decir algo parecido. ?Que hable usted de disipacion, de cuestiones morales! ?Que haga usted el Schiller, el idealista! Desde luego, esos puntos de vista son muy naturales, y lo asombroso seria oir sustentar la opinion contraria, pero, teniendo en cuenta las circunstancias, la cosa resulta un poco rara... ?Cuanto lamento que el tiempo me apremie! Me parece usted un hombre en extremo interesante. A proposito, ?le gusta Schiller? A mi me encanta.
-Es usted un fanfarron -repuso Raskolnikof con un gesto de repugnancia.
-Le aseguro que no lo soy, pero, aun admitiendo que lo fuera, ?haria con ello algun mal a alguien? He vivido siete anos en el campo con Marfa Petrovna. Por eso, cuando me he encontrado con un hombre inteligente como usted..., inteligente y, ademas, interesante..., es natural que me sienta feliz de charlar con el. Ademas, me he bebido el champan que me quedaba en el vaso y se me ha subido a la cabeza. Sin embargo, lo que mas me trastorna es cierto acontecimiento del que no quiero hablar... Pero ?donde va usted? -pregunto, sorprendido.
Raskolnikof se habia levantado. Se ahogaba, se sentia a disgusto en aquel ambiente y se arrepentia de haber entrado alli. Svidrigailof se le aparecia como el mas despreciable malvado que pudiera haber en el mundo.
-Espere, espere un momento. Pida un vaso de te. No se marche. Le aseguro que no hablare de cosas absurdas, es decir, de mi. Tengo que decirle una cosa... ?Quiere usted que le cuente como una mujer se propuso salvarme, como usted diria? Es una cuestion que le interesara, pues esta mujer es su hermana. ?Se lo cuento? Asi emplearemos el tiempo de que aun dispongo.
-Hable, pero espero que...
-No se inquiete. Avdotia Romanovna no puede inspirar, ni siquiera a un hombre tan corrompido como yo, sino el respeto mas profundo.
IV
Sin duda sabe usted..., si, si, lo sabe porque se lo conte yo mismo -dijo Svidrigailof, iniciando su relato-, que estuve en la carcel por deudas, una deuda cuantiosa que me era absolutamente imposible pagar. No quiero entrar en detalles acerca de mi rescate por Marfa Petrovna. Ya sabe usted como puede trastornar el amor la cabeza a una mujer. Marfa Petrovna era una mujer honesta y bastante inteligente, aunque de una completa incultura. Esta mujer celosa y honesta, tras varias escenas llenas de violencia y reproches, cerro conmigo una especie de contrato que observo escrupulosamente durante todo el tiempo de nuestra vida conyugal. Ella era mayor que yo. Yo tuve la vileza, y tambien la lealtad, de decirle francamente que no podia comprometerme a guardarle una fidelidad absoluta. Estas palabras le enfurecieron, pero al mismo tiempo, mi ruda franqueza debio de gustarle. Sin duda penso: "Esta confesion anticipada demuestra que no tiene el proposito de enganarme." Lo cual era importantisimo para una mujer celosa.
"Tras una serie de escenas de lagrimas, llegamos al siguiente acuerdo verbal:
"Primero. Yo me comprometia a no abandonar jamas a Marfa Petrovna, o sea a permanecer siempre a su lado, como corresponde a un marido.
"Segundo. Yo no podia salir de sus tierras sin su autorizacion.
"Tercero. No tendria jamas una amante fija.
"Cuarto. En compensacion, Marfa Petrovna me permitiria cortejar a las campesinas, pero siempre con su consentimiento secreto y teniendola al corriente de mis aventuras.
"Quinto. Prohibicion absoluta de amar a una mujer de nuestro nivel social.
"Y sexto. Si, por desgracia, me enamorase profunda y seriamente, me comprometia a enterar de ello a Marfa Petrovna.
"En lo concerniente a este ultimo punto, he de advertirle que Marfa Petrovna estaba muy tranquila. Era lo bastante inteligente para saber que yo era un libertino incapaz de enamorarme en serio. Sin embargo, la inteligencia y los celos no son incompatibles, y esto fue lo malo... Por otra parte, si uno quiere juzgar a los hombres con imparcialidad, debe desechar ciertas ideas preconcebidas y de tipo unico y olvidar los habitos que adquirimos de las personas que nos rodean. En fin, confio en poder contar al menos con su juicio.
"Tal vez haya oido usted contar cosas comicas y ridiculas sobre Marfa Petrovna. En efecto, tenia ciertas costumbres extranas, pero le confieso sinceramente que siento verdadero remordimiento por las penas que le he causado. En fin, creo que esto es una oracion funebre suficiente del mas tierno de los maridos a la mas afectuosa de las mujeres. Durante nuestros disgustos, yo guardaba silencio casi siempre, y este acto de galanteria no dejaba de producir efecto. Ella se calmaba y sabia apreciarlo. En algunos casos incluso se sentia orgullosa de mi. Pero no pudo soportar a su hermana de usted. ?Como se arriesgo a tomar como institutriz a una mujer tan hermosa? La unica explicacion es que, como mujer apasionada y sensible, se enamoro de ella. Si, tal como suena; se enamoro... ?Avdotia Romanovna! Desde el primer momento comprendi que su presencia seria una complicacion, y, aunque usted no lo crea, decidi abstenerme incluso de mirarla. Pero fue ella la que dio el primer paso. Aunque le parezca mentira, al principio Marfa Petrovna llego incluso a enfadarse porque yo no hablaba nunca de su hermana: me reprochaba que permaneciera indiferente a los elogios que me hacia de ella. No puedo comprender lo que pretendia. Como es natural, mi mujer conto a Avdotia Romanovna toda mi biografia. Tenia el defecto de poner a todo el mundo al corriente de nuestras intimidades y de quejarse de mi ante el primero que llegaba. ?Como no habia de aprovechar esta ocasion de hacer una nueva y magnifica amistad? Sin duda estaban siempre hablando de mi, y Avdotia Romanovna debia de conocer perfectamente los siniestros chismes que se me atribuian. Estoy seguro de que algunos de esos rumores llegaron hasta usted.
-Si. Lujine incluso le ha acusado de causar la muerte de un nino. ?Es eso verdad?
-Hagame el favor de no dar credito a esas villanias -exclamo Svidrigailof con una mezcla de colera y repugnancia-. Si usted desea conocer la verdad de todas esas historias absurdas, se las contare en otra ocasion, pero ahora...
-Tambien me han dicho que fue usted culpable de la muerte de uno de sus sirvientes...
-Le agradecere que no siga por ese camino -dijo Svidrigailof, agitado.
-?No es aquel que, despues de muerto, le cargo la pipa? Conozco este detalle por usted mismo.
Svidrigailof le miro atentamente, y Rodia creyo ver brillar por un momento en sus ojos un relampago de cruel ironia. Pero Svidrigailof repuso cortesmente:
-Si, ese criado fue. Ya veo que todas esas historias le han interesado vivamente, y me comprometo a satisfacer su curiosidad en la primera ocasion. Creo que se me puede considerar como un personaje romantico. Ya comprendera la gratitud que debo guardar a Marfa Petrovna por haber contado a su hermana tantas cosas enigmaticas e interesantes sobre mi. No se que impresion le producirian estas confidencias, pero apostaria cualquier cosa a que me favorecieron. A pesar de la aversion que su hermana sentia hacia mi persona, a pesar de mi actitud sombria y repulsiva, acabo por compadecerse del hombre perdido que veia en mi. Y cuando la piedad se apodera del corazon de una joven, esto es sumamente peligroso para ella. La asalta el deseo de salvar, de hacer entrar en razon, de regenerar, de conducir por el buen camino a un hombre, de ofrecerle, en fin, una vida nueva. Ya debe de conocer usted los suenos de esta indole.
"En seguida me di cuenta de que el pajaro iba por impulso propio hacia la jaula, y adopte mis precauciones. No haga esas muecas, Rodion Romanovitch: ya sabe usted que este asunto no tuvo consecuencias importantes... ?El diablo me lleve! ?Como estoy bebiendo esta tarde...! Le aseguro que mas de una vez he lamentado que su hermana no naciera en el siglo segundo o tercero de nuestra era. Entonces habria podido ser hija de algun modesto principe reinante, o de un gobernador, o de un proconsul en Asia Menor. No cabe duda de que habria engrosado la lista de los martires y sonreido ante los hierros al rojo y toda clase de torturas. Ella misma habria buscado este martirio... Si hubiese venido al mundo en el siglo quinto, se habria retirado al desierto de Egipto, y alli habria pasado treinta anos alimentandose de raices, extasis y visiones. Es una mujer que anhela sufrir por alguien, y si se la privase de este sufrimiento, seria capaz, tal vez, de arrojarse por una ventana.
"He oido hablar de un joven llamado Rasumilchine, un muchacho inteligente, segun dicen. A juzgar por su nombre, debe de ser un seminarista... Bien, que este joven cuide de su hermana.
"En resumen, que he conseguido comprenderla, de lo cual me enorgullezco. Pero entonces, es decir, en el momento de trabar conocimiento con ella, fui demasiado ligero y poco clarividente, lo que explica que me equivocara... ?El diablo me lleve! ?Por que sera tan hermosa? Yo no tuve la culpa.
"La cosa empezo por un violento capricho sensual. Avdotia Romanovna es extraordinariamente, exageradamente pudica (no vacilo en afirmar que su recato es casi enfermizo, a pesar de su viva inteligencia, y que tal vez le perjudique). Asi las cosas, una campesina de ojos negros, Paracha, vino a servir a nuestra casa. Era de otra aldea y nunca habia trabajado para otros. Aunque muy bonita, era increiblemente tonta: las lagrimas, los gritos con que esta chica lleno la casa produjeron un verdadero escandalo.
"Un dia, despues de comer, Avdotia Romanovna me llevo a un rincon del jardin y me exigio la promesa de que dejaria tranquila a la pobre Paracha. Era la primera vez que hablabamos a solas. Yo, como es natural, me apresure a doblegarme a su peticion a hice todo lo posible por aparecer conmovido y turbado; en una palabra, que desempene perfectamente mi papel. A partir de entonces tuvimos frecuentes conversaciones secretas, escenas en que ella me suplicaba con lagrimas en los ojos, si, con lagrimas en los ojos, que cambiara de vida. He aqui a que extremos llegan algunas muchachas en su deseo de catequizar. Yo achacaba todos mis errores al destino, me presentaba como un hombre avido de luz, y, finalmente, puse en practica cierto medio de llegar al corazon de las mujeres, un procedimiento que, aunque no engana a nadie, es siempre de efecto seguro. Me refiero a la adulacion. Nada hay en el mundo mas dificil de mantener que la franqueza ni nada mas comodo que la adulacion. Si en la franqueza se desliza la menor nota falsa, se produce inmediatamente una disonancia y, con ella, el escandalo. En cambio, la adulacion, a pesar de su falsedad, resulta siempre agradable y es recibida con placer, un placer vulgar si usted quiere, pero que no deja de ser real.
"Ademas, la lisonja, por burda que sea nos hace creer siempre que encierra una parte de verdad. Esto es asi para todas las esferas sociales y todos los grados de la cultura. Incluso la mas pura vestal es sensible a la adulacion. De la gente vulgar no hablemos. No puedo recordar sin reirme como logre seducir a una damita que sentia verdadera devocion por su marido, sus hijos y su familia. ?Que facil y divertido fue! El caso es que era verdaderamente virtuosa, por lo menos a su modo. Mi tactica consistio en humillarme ante ella e inclinarme ante su castidad. La adulaba sin recato y, apenas obtenia un apreton de mano o una mirada, me acusaba a mi mismo amargamente de haberselos arrancado a la fuerza y afirmaba que su resistencia era tal, que jamas habria logrado nada de ella sin mi desverguenza y mi osadia. Le decia que, en su inocencia, no podia prever mis bribonadas, que habia caido en la trampa sin darse cuenta, etcetera. En una palabra, que consegui mis propositos, y mi dama siguio convencida de su inocencia: atribuyo su caida a un simple azar. No puede usted imaginarse como se enfurecio cuando le dije que estaba completamente seguro de que ella habia ido en busca del placer exactamente igual que yo.
"La pobre Marfa Petrovna tampoco resistia a la adulacion, y, si me lo hubiera propuesto, habria conseguido que pusiera su propiedad a mi nombre (estoy bebiendo demasiado y hablando mas de la cuenta). No se enfade usted si le digo que Avdotia Romanovna no fue insensible a los elogios de que la colmaba. Pero fui un estupido y lo eche a perder todo con mi impaciencia. Mas de una vez la mire de un modo que no le gusto. Cierto fulgor que habia en mis ojos la inquietaba y acabo por serle odioso. No entrare en detalles: solo le dire que renimos. Tambien en esta ocasion me conduje estupidamente: me rei de sus actividades conversionistas.
"Paracha volvio a contar con mis atenciones, y otras muchas le siguieron. O sea que empece a llevar una vida infernal. ?Si hubiera usted visto, Rodion Romanovitch, aunque solo hubiera sido una vez, los rayos que pueden lanzar los ojos de su hermana...!
"No crea demasiado al pie de la letra mis palabras. Estoy embriagado. Acabo de beberme un vaso entero. Sin embargo, digo la verdad. El centelleo de aquella mirada me perseguia hasta en suenos. Llegue al extremo de no poder soportar el susurro de sus vestidos. Temi que me diera un ataque de apoplejia. Nunca hubiese creido que pudiera apoderarse de mi una locura semejante. Yo deseaba hacer las paces con ella, pero la reconciliacion era imposible. Y ?sabe usted lo que hice entonces? ?A que grado de estupidez puede conducir a un hombre el despecho! No tome usted ninguna determinacion cuando esta furioso, Rodion Romanovitch. Teniendo en cuenta que Avdotia Romanovna era pobre (?Oh perdon!, no queria decir eso..., pero ?que importan las palabras si expresan nuestro pensamiento?), teniendo en cuenta que vivia de su trabajo y que tenia a su cargo a su madre y a usted (?otra vez arruga usted las cejas?), decidi ofrecerle todo el dinero que poseia (en aquel momento podia reunir unos treinta mil rublos) y proponerle que huyera conmigo, a esta capital, por ejemplo. Una vez aqui, le habria jurado amor eterno y solo habria pensado en su felicidad. Entonces estaba tan prendado de ella, que si me hubiera dicho: "Envenena, asesina a Marfa Petrovna", yo lo habria hecho, puede usted creerme. Pero todo esto termino con el desastre que usted conoce, y ya puede usted figurarse a que extremo llegaria mi colera cuando me entere de que Marfa Petrovna habia hecho amistad con ese farsante de Lujine y amanado un matrimonio con su hermana, que no aventajaba en nada a lo que yo le ofrecia. ?No lo cree usted asi...? Digame, responda... Veo que usted me ha escuchado con gran atencion, interesante joven...
Svidrigailof, impaciente, habia dado un punetazo en la mesa. Estaba congestionado. Raskolnikof comprendio que el vaso y medio de champan que se habia bebido a pequenos sorbos le habia transformado profundamente, y decidio aprovechar esta circunstancia para sonsacarle, pues aquel hombre le inspiraba gran desconfianza.
-Despues de todo eso -dijo resueltamente, con el proposito de exasperarle-, no me cabe la menor duda de que ha venido aqui por mi hermana.
-Nada de eso -respondio Svidrigailof haciendo esfuerzos por serenarse-. Ya le he dicho que... Ademas, su hermana no me puede ver.
-No lo dudo, pero no se trata de eso.
-?De modo que esta usted seguro de que no me puede soportar? -Svidrigailof le hizo un guino y sonrio burlonamente-. Tiene usted razon: le soy antipatico. Pero nunca se pueden poner las manos al fuego sobre lo que pasa entre marido y mujer o entre dos amantes. Siempre hay un rinconcito oculto que solo conocen los interesados. ?Esta usted seguro de que Avdotia Romanovna me mira con repugnancia?
-Ciertas frases y consideraciones de su relato me demuestran que usted sigue abrigando infames propositos sobre Dunia.
Svidrigailof no se mostro en modo alguno ofendido por el calificativo que Raskolnikof acababa de aplicar a sus propositos, y exclamo con ingenuo temor:
-?De veras se me han escapado frases y reflexiones que le han hecho pensar a usted eso?
-En este mismo momento esta usted dejando entrever sus fines. ?De que se ha asustado? ?Como explica usted esos repentinos temores?
-?Que yo me he asustado? ?Que tengo miedo? ?Miedo de usted? Es usted el que puede temerme a mi, cher ami. ?Que tonterias! Por lo demas, estoy borracho, ya lo veo. Si bebiera un poco mas podria cometer algun disparate. ?Que se vaya al diablo la bebida! ?Eh, traedme agua!
Cogio la botella de champan y la arrojo por la ventana sin contemplaciones. Felipe le trajo agua.
-Todo eso es absurdo -anadio, empapando una servilleta y aplicandosela a la frente-. En dos palabras puedo reducir a la nada sus suposiciones. ?Sabe usted que voy a casarme?
-Ya me lo dijo.
-?Ah!, ?si? Pues no me acordaba... Pero entonces nada podia afirmar, porque aun no habia visto a mi prometida y solo se trataba de una intencion. Ahora es cosa hecha. Si no fuera por la cita de que le he hablado, le llevaria a casa de mi novia. Pues me gustaria que usted me aconsejase... ?Demonio! No dispongo mas que de diez minutos. Mire usted mismo el reloj. El proceso de este matrimonio es sumamente interesante. Ya se lo contare. ?Adonde va usted? ?Todavia quiere marcharse?
-No, ya no me quiero marchar.
-?De modo que no quiere usted dejarme? Eso lo veremos. Le llevare a casa de mi prometida, pero no ahora, sino en otra ocasion, pues nos tendremos que separar en seguida. Usted ira hacia la derecha y yo hacia la izquierda. ?Conoce usted a esa senora llamada Resslich? Es la mujer en cuya casa me hospedo... ?Me escucha? No, esta usted pensando en otra cosa. Ya sabe usted que se acusa a esa senora de haber provocado este invierno el suicidio de una jovencita... Bueno, ?me escucha usted o no...? En fin, es esa senora la que me ha arreglado este matrimonio. Me dijo: "Tienes aspecto de hombre preocupado. Has de buscarte una distraccion." Pues yo soy un hombre taciturno. ?No me cree usted? Pues se equivoca. Yo no hago dano a nadie: vivo apartado en mi rincon. A veces pasan tres dias sin que hable con nadie. Esa bribona de Resslich abriga sus intenciones. Confia en que yo me cansare muy pronto de mi mujer y la dejare plantada. Y entonces ella la lanzara a la... circulacion, bien en nuestro mundo, bien en un ambiente mas elevado. Me ha contado que el padre de la chica es un viejo sin caracter, un antiguo funcionario que esta enfermo: hace tres anos que no puede valerse de sus piernas y esta inmovil en su sillon. Tambien tiene madre, una mujer muy inteligente. El hijo esta empleado en una ciudad provinciana y no ayuda a sus padres. La hija mayor se ha casado y no da senales de vida. Los pobres viejos tienen a su cargo dos sobrinitos de corta edad. La hija menor ha tenido que dejar el instituto sin haber terminado sus estudios. Dentro de dos o tres meses cumplira los dieciseis anos y entonces estara en edad de casarse. Esta es mi prometida. Una vez obtenidos estos informes, me presente a la familia como un propietario viudo de buena casa, bien relacionado y rico. En cuanto a la diferencia de edades (ella dieciseis anos y yo mas de cincuenta), es un detalle sin importancia. Un hombre asi es un buen partido, ?no?, un partido tentador.
"?Si me hubiera usted visto hablar con los padres! Se habria podido pagar por presenciar ese espectaculo. En esto llega la chiquilla con un vestidito corto y semejante a un capullo que empieza a abrirse. Hace una reverencia y se pone tan encarnada como una peonia. Sin duda le habian ensenado la leccion. No conozco sus gustos en materia de caras de mujer, pero, a mi juicio, la mirada infantil, la timidez, las lagrimitas de pudor de las jovencitas de dieciseis anos valen mas que la belleza. Por anadidura, es bonita como una imagen. Tiene el cabello claro y rizado como un corderito, una boquita de labios carnosos y purpureos... ?Un amor! Total, que trabamos conocimiento, yo dije que asuntos de familia me obligaban a apresurar la boda, y al dia siguiente, es decir, anteayer, nos prometimos. Desde entonces, apenas llego, la siento en mis rodillas y ya no la dejo marcharse. Su cara enrojece como una aurora y yo no ceso de besarla. Su madre la ha aleccionado, sin duda, diciendole que soy su futuro esposo y que lo que hago es normal. Conseguida esta comprension, el papel de novio es mas agradable que el de marido. Esto es lo que se llama la nature et la verite. ?Ja, ja! He hablado dos veces con ella. La muchachita esta muy lejos de ser tonta. Tiene un modo de mirarme al soslayo que me inflama la sangre. Tiene una carita que recuerda a la de la Virgen Sixtina de Rafael. ?No le impresiona la expresion fantastica y alucinante que el pintor dio a esa Virgen? Pues el semblante de ella es parecido. Al dia siguiente de nuestros esponsales le lleve regalos por valor de mil quinientos rublos: un aderezo de brillantes, otro de perlas, un neceser de plata para el tocador; en fin, tantas cosas, que la carita de Virgen resplandecia. Ayer, cuando la sente en mis rodillas, debi de mostrarme demasiado impulsivo, pues ella enrojecio vivamente y en sus ojos aparecieron dos lagrimas que trataba de ocultar.
"Nos dejaron solos. Entonces ella rodeo mi cuello con sus bracitos (fue la primera vez que hizo esto por propio impulso), me beso y me juro ser una esposa obediente y fiel que dedicaria su vida entera a hacerme feliz y que todo lo sacrificaria por merecer mi carino, y anadio que esto era lo unico que deseaba y que para ella no necesitaba regalos. Convenga usted que oir estas palabras en boca de un angel de dieciseis anos, vestido de tul, de cabellos rizados y mejillas tenidas por un rubor virginal, es sumamente seductor... Confieselo, confieselo... Oiga..., oiga..., le llevare a casa de mi novia..., pero no puedo hacerlo ahora mismo.
-Total, que esa monstruosa diferencia de edades aviva su sensualidad. ?Es posible que usted piense seriamente en casarse en esas condiciones?
-?Por que no? Es cosa completamente decidida. Cada uno hace lo que puede en este mundo, y hacerse ilusiones es un medio de alegrar la vida... ?Ja, ja! ?Pero que moralista es usted! Tenga compasion de mi, amigo mio. Soy un pecador. ?Je, je, je!
-Ahora comprendo que se haya encargado usted de los hijos de Catalina Ivanovna. Tenia usted sus razones.
-Adoro a los ninos, los adoro de veras -exclamo Svidrigailof, echandose a reir-. Sobre este particular puedo contarle un episodio sumamente curioso. El mismo dia de mi llegada empece a visitar antros. Estaba sediento de ellos despues de siete anos de rectitud. Ya habra observado usted que no tengo ninguna prisa en volver a reunirme con mis antiguos amigos, y quisiera no verlos en mucho tiempo. Debo decirle que durante mi estancia en la propiedad de Marfa Petrovna me atormentaba con frecuencia el recuerdo de estos rincones misteriosos. ?El diablo me lleve! El pueblo se entrega a la bebida; la juventud culta se marchita o perece en sus suenos irrealizables: se pierde en teorias monstruosas. Los demas se entregan a la disipacion. He aqui el espectaculo que me ha ofrecido la ciudad a mi llegada. De todas partes se desprende un olor a podrido...
"Fui a caer en eso que llaman un baile nocturno. No era mas que una cloaca repugnante, como las que a mi me gustan. Se levantaban las piernas en un cancan desenfrenado, como jamas se habia hecho en mis tiempos. ?Es el progreso! De pronto veo una encantadora muchachita de trece anos que esta bailando con un apuesto joven. Otro joven los observa de cerca. Su madre estaba sentada junto a la pared, como espectadora. Ya puede usted suponer que clase de baile era. La muchachita esta avergonzada, enrojece; al fin se siente ofendida y se echa a llorar. El arrogante bailarin la obliga a dar una serie de vueltas, haciendo toda clase de muecas, y el publico se echa a reir a carcajadas y empieza a gritar: "?Bien hecho! ?Asi aprenderan a no traer ninas a un sitio como este!" Esto a mi no me importa lo mas minimo. Me siento al lado de la madre y le digo que yo tambien soy forastero y que toda aquella gente me parece estupida y grosera, incapaz de respetar a quien lo merece. Insinuo que soy un hombre rico y les propongo llevarlas en mi coche. Las acompano a su casa y trabo conocimiento con ellas. Viven en un verdadero tugurio y han llegado de una provincia. Me dicen que consideran mi visita como un gran honor. Me entero de que no tienen un centimo y han venido a hacer ciertas gestiones. Yo les ofrezco dinero y mis servicios. Tambien me dicen que han entrado en el local nocturno por equivocacion, pues creian que se trataba de una escuela de baile. Entonces yo les propongo contribuir a la educacion de la muchacha dandole lecciones de frances y de baile. Ellas aceptan con entusiasmo, se consideran muy honradas, etcetera..., y yo sigo visitandolas. ?Quiere usted que vayamos a verlas? Pero habra de ser mas tarde.